domingo, 28 de agosto de 2022

¡El Terrassa FC, campeón de la Copa Federación (fase autonómica)!

¡Campeones! Un Terrassa FC luchador y con gran capacidad agonística venció por penaltis y tras una emocionante prórroga a un correoso e incómodo CF Badalona a domicilio (1-1 y 3-4) y conquistó por sexta vez en su historia de fútbol (y la 25 como club: 6 en fútbol, 5 en hockey y 14 en atletismo) la Copa Federación (fase autonómica), un título que redondea la pretemporada más eficaz posible (Torneig d'Històrics y Copa Federación). El Terrassa FC como entidad disfruta ya de 349 títulos oficiales, 45 de ellos en fútbol.


La final se desarrolló en un storytelling no apto para cardíacos. En un Municipal de Badalona con gran presencia de aficionados terrassistas (la mejor afición del mundo, sin discusión), con cierto bochorno (arrancó a unas 19 horas tórridas que se suavizaron con en transcurso de los minutos) y la consciencia de un partido sin retorno, ambas escuadras se plantaron en el césped con estructura estudiada. El Terrassa FC de Jordi López manejó el ritmo del partido con cierta suficiencia. Los galones de un Segunda Federación se debían dejar sentir ante un Tercera Federación descendido el curso pasado. 


Babanzila se erigió en pulmón inagotable (aguantó los 120 minutos más los añadidos corriendo y driblando arriba y abajo, como si no hubiera un mañana), Adrián mostró hechuras para convertirse en el Haaland rojillo, Aythami lo intentó en vanguardia (suyo fue el remate más peligroso, en el minuto 45), Álex Fernández movía la madeja y Fran inyectaba veteranía en defensa, con la conexión griega Lampsias-Spartalis sembrando el pánico por la derecha y Vacas de jerarca en la zaga. Pese a una posesión claramente terrassista, algún aguijonazo a la contra puso a prueba a un concentrado Ortega.


En el segundo tiempo, con los consiguientes cambios, el Terrassa FC marcó más jerarquía. Neeskens profundizaba por su banda izquierda, Lledó acompasaba en la medular, Carlos Martínez (tras meses de una dura lesión) se reencontraba a sí mismo en pugnas con los fornidos centrales badaloneses y Cano afilaba los colmillos. El bullicioso Babanzila rozó la diana, así como piernas y testas diversas en el último cuarto de hora del segundo período. Los egarenses lo intentaron, trataron de evitar la prórroga, pero ésta llegó.

Y en la prórroga (y en los ulteriores penaltis) se desencadenó el ADN terrassista, ese club centenario y glorioso que atesora un sinfín de preseas y sonrisas, que acostumbra a ganar las finales (la eficacia, sobre todo en fútbol, es asombrosa, tan sólo imitable por el Real Madrid) y que se aferra al escudo como nadie. En el minuto 92, Jiménez, que ya consiguió un gol esencial e in extremis en cuartos de final del Torneig d'Històrics, culminó a bocajarro una espectacular demostración colectiva por la banda izquierda y adelantó al Terrassa FC. 0-1. 


Quedaba mucho. Y, siguiendo la incluso divertida e intrigante tradición egarense, se sufrió, y de qué manera. En la segunda parte de la prórroga, en el minuto 109, el Badalona culminó una fase de relativo asedio para empatar tras diversos rechaces. Incluso, con el fuelle del tanto, el conjunto marinero rozó el segundo. Pero ese coraje inherente al Terrassa FC permitió alcanzar la tanda de penaltis.


Y en las penas máximas el Terrassa FC afloró su carácter ganador, ese aura singular que enamora de un equipo apasionado, épico, inemulable. Los penaltis se lanzaron en el gol norte, donde el Infierno Egarense atronaba y el hechizo imaginario de Sant Llorenç del Munt acompañaba al terrassismo. Comenzó el Badalona marcando. Álex Fernández estableció el empate con intriga: el cancerbero local desvió ligeramente el esférico, que, no obstante y para alegría carmín, besó las mallas, en el gol probablemente más psicológico de la serie. Un colosal Ortega, como en semifinales del Torneig d'Històrics, detuvo el segundo. Los egarenses marcaron (Carlos Martínez, Cano, Morales), los costeños también, hasta que se llegó al 3-4 con el colchón del posible último disparo rojillo. No hizo falta. La presión envió al limbo el chut badalonés. El título, el número 45 en fútbol y el 349 como club, era del Terrassa FC. Además, los egarenses representarán a Cataluña en la fase estatal e incluso podrían acceder a la Copa del Rey si desembocan en semifinales. Ahora toca disfrutar de una nueva proeza del gran, glorioso y emocional Terrassa FC. ¡Qué bonito es ser terrassista! Amunt, Terrassa FC!!!

  

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